DESAPARICIÓN

En la mañana del 19 de julio, y tras toda la noche sin dormir, Cirilo y algunos de sus compañeros de la Casa del Pueblo, emprenden la marcha a pie. El día anterior, el notario de Nava, José Ramón Pernas Soto le había ofrecido un coche para salir del municipio, pero Cirilo se negó aduciendo que él no dejaba solos a los suyos.

Tomaron el camino a Castrejón de Trabancos dirección Salamanca con la idea de llegar a la raya con Portugal, pasaron por Torrecilla de la Orden donde se les unieron más compañeros de esa localidad, pernoctando allí. Al día siguiente, a la altura de Cañizal, deciden cambiar de ruta con dirección Madrid, así pasan por los pueblos de Tarazona y Cantalapiedra. Duermen en un algarrobal y al alba continúan la marcha por Horcajo de las Torres, tras mas de 80 kilómetros a pie, llegan a unos pinares de Barromán (cerca de Madrigal de las Altas Torres), donde son delatados y detenidos por la guardia civil.

Marcha a pie, desde Nava, 82 km.

Les trasladan a Medina del Campo donde son sometidos a duros interrogatorios y hacia el 27 de julio les llevan definitivamente a su pueblo natal. Allí, ante la cantidad de presos republicanos e izquierdistas, los golpistas deciden habilitar el cine Proyecciones como cárcel. El cine se halla justamente frente a la casa que habitaban Cirilo, Santa y sus cinco hijos en la calle Rodríguez Chico.

Cine Proyecciones habilitado como cárcel por los golpistas.

En Nava son nuevamente interrogados y maltratados por los derechistas, ya bajo el mando del golpista auditor de guerra procedente de Valladolid, que se hace cargo de la situación.

En la madrugada del 1 de agosto, Cirilo y 9 compañeros más, son sacados de la cárcel para trasladarles a Valladolid (eso les dicen), están maniatados a la espalda con cuerdas. Los falangistas a la altura del kilómetro 13 de la carretera de Tordesillas, en el Pinar de la Nava, paran la camioneta y les obligan a bajar, correr y vilmente les disparan por la espalda, solo Marcos Pérez logra escapar malherido y tras múltiples peripecias recalará en años posteriores en Madrid y podrá revelar todo lo sucedido.

Los asesinos ni siquiera entierran los cadáveres, y es días después, cuando conminan a un joven pastor para que lo haga en un paraje del Pinar de Nava.

La desfachatez de los golpistas no tiene límite, en el consejo de guerra instruido en Valladolid (juicio sumarísimo 78/36) contra los hombres y mujeres de Nava leales a la República y al Orden Constitucional, son acusados de rebelión y de hallarse en paradero desconocido por haber «huido».

Pinar de la Nava.

Las noticias del asesinato llegan a Nava a través de unos conejeros del pueblo de Velliza que, aterrorizados contemplaron en la lejanía los asesinatos y escucharon los gritos de Cirilo y sus compañeros para que contasen lo que estaba sucediendo.

Santa y sus hijos, rotos de dolor y rabia, han de repartirse entre las casas de sus familiares y cruzarse por las calles del pueblo con los asesinos de Cirilo.

Jesusa (su hija mayor) y Emiliana (hermana de Cirilo) son obligadas por los propios asesinos, encañonadas por fusiles, a llevar el bastón de mando e insignias de la alcaldía hasta el Ayuntamiento.

A los pocos días, otro escuadrón de la muerte, condujo a la misma zona a un grupo de mujeres afines a la Casa del Pueblo: Petronila Rodríguez Muñoz, María Martín Ramos, Antonia Calleja Rodríguez y Florencia Diez Macías («La Gamaza»). Fueron asesinadas después de haber sufrido todo tipo de vejaciones tanto físicas (maltratos, violaciones) como psíquicas (burlas, amenazas e insultos). Posteriormente fueron enterradas en el Pinar de Nava en el pago llamado “barco de las monjas”.

Mientras tanto en Valladolid tras juicio sumarísimo sin ninguna garantía procesal, son condenados a muerte otros 41 compañeros de Nava, su delito: defender la legalidad Republicana. Les fusilan en el campo de san Isidro en los amaneceres del 22 al 26 de octubre de 1936, la mayoría son enterrados en una fosa común del cementerio municipal de Valladolid (ver abajo apéndice I ). Muchos otros fueron encarcelados largos años en prisiones como el Penal de Burgos, el Fuerte San Cristóbal (Pamplona) o la Isla de San Simón (Vigo), en ésta última murió encarcelado el tío de Cirilo, Vicente Moro Martín a los 64 años de edad. Otras sufrieron destierro o embargos de las pocas posesiones que disponían.

Otros navarreses murieron en los campos nazis, como Gusen, es el caso de Anastasio del Río Piedras y de Pedro Hidalgo Pérez (militante de la CNT y  que vivió en Sant Llorenç de Morunys, municipio del Solsonès).

Muchos años después, en los 80, los hijos de Cirilo trataron de encontrar los restos y no les fue posible. Los nietos a comienzos de los años 2000 también lo intentaron localizar amparados por el movimiento de recuperación de memoria histórica que comenzaba a surgir en el país.

Los restos mortales no se hallaron, pero su memoria, su dignidad y su lucha sigue hoy más viva que nunca en los más de 25 nietas y nietos de Cirilo y en los descendientes de estos.

LOS SOCIALISTAS NO MUEREN, SE SIEMBRAN.

CIRILO MORO COLODRÓN.

APÉNDICE I:  NAVARRESES FUSILADOS EN GRAVERAS DE SAN ISIDRO, VALLADOLID,1936 (NOMBRE, EDAD, ALIAS, PROFESIÓN):

Jueves, 22 de octubre 6.30 horas:

Isauro Pérez García, 33, Zapatilla (mozo de labranza); Juan Zarzuelo Pérez, 41, (bracero); Ángel Zarzuelo Calleja, 40, (albañil); Sebastián Calleja Bay, 64, (bracero); Lorenzo Hidalgo San José, 34, (albañil); Cirineo Diez Macías, 31, (labrador) y David Colodrón López, 21, (zapatero).

Viernes, 23 de octubre 6.30 horas:

Félix Hernández Cabezas, 20, Anenú (mozo de mulas); Justo Bravo Villarreal, 45, (bracero); Miguel Juan García, 44, Garrido (mozo de labor); Juan Bay Luis, 66, (bracero); Justo García Giménez, 23, (bracero); Clemente Sebastián Giménez Rodríguez, 33, Chicha (bracero); Pantaleón Rodríguez Diez, 30, (jornalero); Saturnino Torres Zarzuelo , 46, Buitre (bracero); Esteban Vegas Zarzuelo, 23, Vindolo (bracero) y José Galán Hidalgo, 23, Lolo (bracero).

Sábado, 24 de octubre 6.30 horas:

Pedro Vergaz Martín, 27, Pite (labrador); Gonzalo Santiago Olivares, 46, (contable); Dionisio Losada Espinosa, 20, Jaro (bracero); Práxedes González Castaño, 18, (bracero); Gregorio Lozano de la Fuente, 26, (bracero); Aurelio Pajares Sánchez, 62, Morolo (bracero); Ignacio Cuadrado Pérez, 47, (mozo de labor); Vidal Martín Sánchez, 18, Chilindre (bracero); Germán Galán Hernández, 18, Pirin (bracero) y Félix López González, 21, Julio Melilla (pastor).

Domingo, 25 de octubre 6.30 horas:

Laureano Paniagua Rodríguez, 59, (bracero); Ricardo Rodríguez Bay, 20, Sabas (bracero); Felipe Lozano Ulloa, 51, (peón caminero); Atanasio Vázquez Velasco, 30, (bracero); Félix Pérez García, 25, Filucho (mozo de labor) ; Leoncio García de la Fuente, 40, Bailarín (bracero); Ponciano Pérez Juez, 24, Valliquero (bracero), Honorio García Pérez, 35, Téllez (bracero); Faustino Pérez Rodríguez, 55, Curita (bracero) y Mariano Fernández García, 18, Chapa (bracero).

Lunes, 26 de octubre 6.30 horas:

Baldomero López de la Iglesia, 49, (bracero); Alfonso Pajares García, 18, Alburca (bracero), Félix Álvarez Martín, 27, (bracero); Saturnino Hernández Rico, 30 (bracero) y Juan Zarzuelo Bergaz, 28, Pio Nono (bracero).

APÉNDICE II : ALCALDES ASESINADOS PROVINCIA VALLADOLID (fuente: Orosia Castán para Último Cero):

Los asesinados tras el golpe contra la legalidad Republicana lo fueron por sus ideas, por su activismo y por su pertenencia a partidos, sindicatos y organizaciones de izquierdas, y este carácter fundamental ha de estar patente en Memoriales, esculturas, monolitos o simples estelas funerarias. La Memoria Democrática pervive a través de sus símbolos, y estos símbolos han de estar presentes para que jamás se olvide el significado de la sublevación franquista y su carácter criminal.

Alcaldes de la provincia de Valladolid. 1936.

(Se recogen únicamente a los alcaldes. Decenas de concejales y otros cargos municipales fueron asesinados)

Aguilar de Campos: Bernardo Quintanilla, alcalde en funciones, muere en la cárcel.

Alaejos: Antonio Losada Martín, asesinado.

Alcazarén: Juan Herrero Vadillo, fusilado.

Aldea de San Miguel: Jacinto González Noriega, excarcelado para morir.

Barcial de la Loma: Modesto Rodríguez Porrero, asesinado.

Cabezón de Pisuerga: Eugenio Garrido de la Peña, fusilado.

Casasola de Arión: Mateo Gómez Díez, fusilado.

Castrobol: Orosio García Alonso, fusilado.

Castronuño: Germán Cea Prieto, muere en la cárcel.

Cervillegos de la Cruz: Lucio Garrido Pericacho, asesinado.

Cigales: Ángel Sotillo Simón, asesinado.

Corcos: Angel Sancho Valdés, asesinado.

Curiel de Duero: Félix Agustín Mínguez Angulo, asesinado.

Fontihoyuelo: Ricardo Conde Borge, asesinado.

Fresno el Viejo: Gregorio Alonso Rodríguez, asesinado.

Laguna de Duero: Gerardo Cabañas Fernández, fusilado.

La Parrilla: Demetrio González Sanz, asesinado.

Lomoviejo: Wenceslao Paniagua Guerra, asesinado.

Mayorga: Pedro Fernández Rodríguez, asesinado.

Medina de Rioseco: Bruno Merino González, asesinado.

Melgar de Abajo: Donato Merino Alonso, fusilado.

Mojados: Francisco Arranz García, fusilado.

Monasterio de Vega: Patricio Calzada Fernández, asesinado.

Mota del Marqués: Jesús Alonso Sacristán, muere en la cárcel.

Mucientes: Baldomero Redondo Mintegui, asesinado.

Nava del Rey: Cirilo Moro Colodrón, asesinado.

Nueva Villa de las Torres: Victoriano Hernández, asesinado.

Olmos de Peñafiel: Félix Asenjo Cano, fusilado.

Peñafiel: Isaías Velasco Rozas, en funciones, fusilado.

Peñaflor de Hornija: Teodoro Gozalo Sacristán, asesinado.

Pollos: Clemente Reoyo González, asesinado.

Pozal de Gallinas: Raimundo García Pérez, en funciones, fusilado.

Puente Duero: Aquilino González Zorita, fusilado.

Quintanilla de Abajo: Bernardino Castrillo Soto, fusilado.

Renedo de Esgueva: Casimiro Maestro Calvo, asesinado.

Roales de Campos: Secundino Chamorro, asesinado.

Rodilana: Marcos Pérez Prieto, asesinado.

Rueda: Alejandro Benito San Pedro, en funciones, asesinado.

Saelices de Mayorga: Martín Ramos de la Viuda, asesinado.

San Cebrián de Mazote: Baudelio Urueña Pérez, en funciones, asesinado.

San Martín de Valvení: Máximo Núñez Bernal, muere en la cárcel.

Santa Eufemia del Arroyo: Evaristo Rodríguez Santos, en funciones, muere en la cárcel.

Santibáñez de Valcorba: Isaac Berzosa Sanz, excarcelado para morir.

Tiedra: Gregorio Álvarez Rafael, asesinado.

Torrecilla de la Abadesa: Mariano Juárez Salgado, asesinado.

Torrecilla de la Orden: Celestino Muñoz del Castillo, en funciones, asesinado.

Traspinedo: Doroteo Rodrigo Santaolalla, asesinado.

Tudela de Duero: Pablo Arranz Sanz, fusilado.

Urueña: Olivio Ramos Montero, muere en la cárcel.

Valdestillas: Teófilo Fadrique Puras, asesinado.

Valladolid: Antonio García Quintana, fusilado.

Velilla: Abraham García Ortega, asesinado.

Velliza: Luis Castellanos, asesinado.

Ventosa de la Cuesta: Gaudencio Cantalapiedra Ventosa, asesinado.

Viana de Cega: Antolín Díaz Miguel, fusilado.

Villabáñez: Patricio Hernández, alcalde en funciones, asesinado.

Villacarralón: Florencio Gómez Abián, asesinado.

Villacid de Campos: Miguel González Collantes, fusilado.

Villafrechós: José Espeso Carpintero, asesinado.

Villagómez La Nueva: Fortunato Pisonero Ibáñez, asesinado.

Villalán: Manuel Iglesias Castro, muerto en la cárcel.

Villalar de los Comuneros: Cándido Losada Martín, fusilado.

Villalón de Campos: Eusebio Blanco Maroto, fusilado.

Villamuriel de Campos: Nemesio Abad Casquete, asesinado.

Villanueva de San Mancio: Licino Blanco Santiago, asesinado.

Villanubla: Ciriaco Velasco Redondo, asesinado.

Villardefrades: Juan Calleja Vicente, asesinado.

Villavaquerín: Maximiliano San José Alonso, asesinado.

Wamba: Gerardo González Merino, fusilado.

Zaratán: Pedro Antonio González del Moral, fusilado.